WASHINGTON.- El Gobierno de Estados Unidos aún no decidió si reconocerá a Nicolás Maduro como presidente electo de Venezuela y llamó a la administración de ese país a respetar el derecho de libertad de asamblea, en momentos en que la oposición, encabezada por Henrique Capriles presiona por lograr un recuento de votos tras una ajustada victoria oficialista. La oposición realizó en los últimos días protestas que derivaron en hechos de violencia en algunos casos y el Gobierno afirma que ocho personas han muerto en las protestas.
El secretario de Estado, John Kerry, dijo que Estados Unidos no decidió aún qué pasos tomará. "Esa evaluación tiene que hacerse y yo no la he hecho", aseguró ante la comisión de asuntos internacionales de la Cámara de Representantes, en referencia a si reconocer a Maduro o no. "Creemos que es aconsejable que haya un recuento", dijo Kerry a los legisladores. "Obviamente, si hay grandes irregularidades, tendremos graves dudas sobre la viabilidad de ese gobierno".
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, llamó a ambas partes a evitar la violencia y otras acciones que puedan elevar las tensiones en la potencia petrolera, que fue gobernada durante 14 años por el líder socialista Hugo Chávez, que falleció en marzo. Durante el extenso gobierno de Chávez, Venezuela fue el principal crítico de Estados Unidos en América Latina.
"Llamamos al gobierno venezolano a respetar los derechos de los ciudadanos venezolanos a reunirse pacíficamente y a la libertad de expresión", planteó Carney. Pero Maduro atacó directamente contra el secretario de Estado. "Saque usted sus ojos de Venezuela John Kerry. Fuera de aquí, ya basta de intervencionismo", disparó durante una reunión de trabajo.
La oposición tenía planeada una nueva manifestación para ayer, pero decidió suspenderla luego de que Maduro -que es el presidente encargado tras la muerte de Chávez- anunciara que no la permitiría, lo que generó temores de más violencia.
En cambio, la cancillería de España reconoció la victoria de Maduro, tras las declaraciones efectuadas por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que molestaran al gobierno al considerarlas como un cuestionamiento a dicho triunfo. Sin embargo, el príncipe Felipe de Borbón, encargado desde años en representar al país en las tomas de posesión, no acudirá mañana al acto en el que asumirá Maduro. Su lugar será ocupado por el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada.
El gobierno de Francia informó que "toma nota" de la proclamación de Maduro por parte del Consejo Nacional Electoral, "autoridad competente en la materia". Y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, reconoció el triunfo del candidato oficialista. "Damos nuestro apoyo y le deseamos el mejor gobierno al presidente electo", indicó el diplomático, quien hasta el martes había preferido alinearse con el pedido de la oposición venezolana acerca de la necesidad de que se realizara un reconteo de votos. La oposición exige un recuento total de los votos del comicio en el que el heredero político de Chávez resultó ganador con una ligera ventaja de 265.000 sufragios.
Capriles denunció ayer que la residencia oficial de la gobernación del estado Miranda, que él encabeza, fue asediada el martes por la noche. "¡Cualquier cosa que me pase en la residencia oficial en Los Teques hago responsable a Maduro!", escribió en Twitter. Las inmediaciones de la casa amanecieron pintadas con leyendas: "Capriles fascista, asesino y golpista".
Opositores denuncian que el Gobierno emitió órdenes de captura para varios de ellos, especialmente para Capriles. Maduro repite que el opositor tendrá que responder por los actos vandálicos de sus seguidores, en los que según el Gobierno murieron ocho personas. Imágenes transmitidas por canales estatales de TV mostraron sedes partidarias y centros médicos en llamas.
Ambos bandos se acusan de infiltrar mercenarios en las manifestaciones del otro para provocar el caos y ninguno muestra señales de ceder a los reclamos. Capriles dice que no reconocerá a Maduro como presidente y Maduro insiste en que los resultados son certeros y no harán el conteo manual de la votación, lo que ha trancado la situación política en un país completamente polarizado. (Reuters-DPA)